Usted
conoce algún Ejecutivo, que además de ser Director
General, juegue al Golf, conduzca motocicleta por hobbie, presida
una Asociación Civil, viaje por negocios y en sus ratos libres
toque el saxofón ¿?... difícil no ¿?,
pues ese es mi amigo Jean Agarrista, Presidente de la Asociación
de Hoteles de la Riviera Maya, quien hace todas esas gracias y además
dirige al segundo hotel en México en haber ganado el Premio
Nacional de Calidad, el Royal Hideaway en Playacar.
Nos unen a Agarrista y a este columnista, el gusto por el Turismo,
el placer de la buena mesa, el disfrute de los habanos y la pasión
por el Jazz, y este último tópico el causante de dedicarle
estas lineas que comparto con mis ocho lectores.
Me ha obsequiado el hotelero saxofonista, un par de albumes de la
más alta calidad jazzistíca, uno el dedicado a la
versión 2008 del Riviera Maya Jazz Festival en donde hacen
gala Héctor Infanzón ya por mi memorado en este espacio
semanas atrás, PP Morán, Iraida Noriega, Sacbé,
entre otros y desde luego Jean Agarrista y la Royal Band; un par
de discos compactos para disfrutar de buen Jazz por la tarde.
El otro, una joya musical del maestro Eugenio Toussaint y su trío,
que vale la pena rescatar y valorar por muchas razones. Empezando
por el título del album Oinos, que significa vino en Griego.
Toussaint, dice en su portada, "Oinos, música para beber
vino", que contiene diez joyas musicales dedicadas a la Luz
del Sol que alimenta la piel de las hojas y la fruta, al Acqua,divino
nutriente; a la Tierra, cuna generosa del vino; a California, a
la maravillosa región Toscana, a Bordeaux, a Pinot Noir.
Le dedica también una pieza a Sauv Blanc y un gran finale
con nombre de Celebración, aquella que se realiza luego de
la cosecha, aquella donde se honra a los dioses por los dones de
la tierra.
Imagine usted curioso lector que maravilla de disco, que da la bienvenida
a quien lo disfruta con un texto que evoca a la experiencia sensorial
que significa el vino. La vista a través del color y el brillo
de esta maravillosa bebida; el olfato que se exalta en cada sorbo
y que es el que nos hace disfrutar en mayor medida al vino; el gusto
que complementa el gozo de la experiencia olfativa, y el tacto a
través de la lengua que percibe distintos grados de sutileza
táctil.
Pero lo que faltaba sin duda era la experiencia auditiva, que aunque
se ha dicho que ésta se da a partir de la extracción
del corcho o del choque de las copas, no hay sin duda mejor disfrute
que el de un buen vino acompañado de deliciosa música,
así que el Maestro Toussaint se anota un exitaso con OINOS
al dedicarlo al Vino. Y Jean Agarrista tremenda visión y
buen gusto al incluirlo como parte del disfrute en las cavas de
Las Ventanas el restaurante gourmet de este hotel orgullsamente
ganador del Premio Nacional de Calidad.
Querido Lector, no se pierda de esta experiencia de buen gusto.
Si no puede visitar Las Ventanas por el momento, por lo menos consiga
el álbum Oinos de Eugenio Toussaint, comprese el vino de
su elección y disfrútelo en su casa, sobretodo ahora
que habrá unos días libres.
Salud ¡!
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