No
importa el ámbito, la clase social, el nivel de educación
o de cultura, el maltrato existe. Pero no me voy a referir al físico,
que de suyo es despreciable, repugnante, ofensivo y bárbaro,
sino al psicológico, al intelectual, al que hiere con la
indiferencia misma.
Y es que a lo largo de la vida misma, conoce uno a tantas personas
que sufren, se desgastan, se consumen, se resignan con el maltrato
que llega a ser triste atestiguarlo, pero triste sobretodo saber
que sean tantas y que además no lo merecen.
Amigo mío, me refiero a ti que me estas leyendo, que le eres
infiel cientos y cientos de veces y te atreves a reclamarle cuando
falla algo en la casa, que no te remuerde la conciencia ¿?...
Y que tal tú mi buen colega que eres incapaz de lanzarle
un piropo, una flor, una frase halagadora, y en cambio eres prodigo
en ellas hacia otras.
Y tú compañero, que simplemente prefieres no llegar
a casa, sin pensar cuanta falta haces allá..?
Al buen entendedor
Nuestras mujeres son maravillosas; madres, esposas e hijas, son
brillantes, leales, buenas compañeras, románticas,
dedicadas, y sobretodo comprensivas. Sin embargo frente a semejantes
cualidades, en el mundo cotidiano se enfrentan ellas a la incomprensión
casi permanente y generalizada. Ah, porque maltratan todos eh, no
solo los maridos, también los padres a las hijas y los hijos
a las madres.
La mujer, como cada día lo constatan más y más
estudios, tendencias, análisis y las pruebas mismas de la
vida cotidiana lo evidencian, ha crecido de manera impresionante
en todos los ámbitos de la vida y ha ido ganando lugares
antes insospechados, al tiempo que ha demostrado sus enormes capacidades
y talentos que antes se le negaron. Sin embargo en el mundo actual
prevalecen prácticas ancestrales que relegan y retardan el
desarrollo de la mujer. Me explico a continuación con un
ejemplo:
Hace unos días asistimos a una boda y me llamó particularmente
la atención la parte del ritual en el que el novio dice y
declara: "te entrego estas arras en símbolo de que nunca
faltará el pan en nuestro hogar"
o más
o menos así, y la novia dice: "y yo las recibo en símbolo
de que sabré administrar los recursos"
No puede
ser más machista !!.. Es decir, ya desde la ceremonia de
enlace matrional se expresa y se consciente que el marido provee
y la esposa administra. Y no es que eso esté mal, no, es
simplemente que no debiera ser tan esquemático, tan apegado
al guión.
Ahora bien, la señora esposa puede quedarse en casa y cuidar
de los hijos, eso me parece muy bien, así es en la mía
por ejemplo y me encanta, pero el marido a cambio podría
ser leal, cortez, comprometido, amoroso y comprensivo entre otras
cosas, pero lo que ocurre, cuando menos en el mundo latino es que
el señor esposo se siente el "proveedor oficial"
que per sé todo lo merece.
Y es que está tan mal el que provee pero no acompaña
ni ama, como desde luego el que no proveé. Aunque bajo esta
óptica, podría una mujer preferir a uno que ame y
comprenda aunque no provea
Bueno, no sé, porque hay
de todo en la viña del señor, resulta que hay respetables
señoras que mientras les provean de todo, no les importa
lo que sus mariditos hagan con sus vidas, que barbaridad, por eso
estamos como estamos
Un torero, miraba a un filósofo llenar su registro de hotel
y veía como escribía la palabra filosofo en el apartado
que preguntaba la ocupación.
Curioso, le preguntó: "Oiga, a que se didica uté
" ¿?.. Y el filósofo dijo: "A pensar "
Dice el torero entonces para si mismo: "Odé
hay
gente pa to´ " !!
Así
es, hay gente para todo, así que mientras algunas féminas
sufren el maltrato psicológico de sus parejas, otras lo permiten,
lo toleran e irónicamente hay incluso hasta a quienes les
gusta.
Por lo pronto y aquí entre nos, le hago un merecido y exaltado
reconocimiento a todas esas mujeres que sacan adelante todos los
días a su familia, a sus hijos, a la administración
de su hogar; desde luego incluyo también a las que trabajan,
a las que llevan el sustento a su familia, a las que sufren calladamente
el maltrato y que aún así son exitosas; a las altas
ejecutivas, a las importantes funcionarias, a las secretarias, y
las que están detrás de un mostrador. Mi felicitación
se extiende a las guapas esposas que se mantienen bellas para sus
maridos, aunque estos nunca se los reconozcan, a las que trabajan
duro para mantener a los hijos y a las que ahorran secretamente
bajo el colchon; son todas ustedes admirables.
Y vaya desde aquí mi más sonora y estruendosa trompetilla
para todos los que no reconcen el valor de la mujer
brrrrr
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Cualquier comentario con esta columna que ha decidido apoyar a la
mujer, favor de dirigirlo a: sgrubiera@acticonsultores.com
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