Fue
hace unos diez años cuando conocí a Don Fabián
en una comida con motivo de su cumpleaños. Fama tenía
el simpático señor de ser alegre, animado para cantar
y bueno para los tragos.
Mi esposa le dijo al ser presentados, "mucho gusto señor,
me dicen que es usted muy alegre", y el simpático personaje
contestó "pedote bendito sea Dios mi hijita", y
así empezó la relación con tan ilustre caballero
padre de tres muchachones dedicados desde hace unas dos decadas
al mundo de las discotecas, la vida nocturna y el entretenimiento,
y esposo de la maravillosa Toñita, quien ha tenido el tino
y buen acierto de conducir a este clan por buen camino, y que pesar
de los desatinos que provocan las bebidas espirituosas, se han mantenido
unidos y en armonía.
El fin de semana que pasó, nos reencontramos con el Clan
Ortiz nuevamente convocados por un Cumpleaños, en esta ocasión
el de Toñita, de quien me reservo su edad por respeto, pero
de quien puedo decir que seguramente tiene pacto con Dorian Grey.
Envidiable rostro y físico, pero sobretodo actitud y buen
humor conservan a esta buena mujer de maravilla, Felicidades.
Nos reunimos en esta nueva ocasión en Cantinerías
el nuevo feudo de los Ortiz, comandado por el buen Neto y con la
sazón de Misha, o debo decir Michel ¿?.... bueno,
no importa, si puede acérquese, le va a gustar, sobretodo
ahora, con motivo de las Fiestas Patrias.
Me da mucho gusto ver a esas familias Cancunenses que después
de los años y a pesar de todos los avatares de este Cancún
nuestro siguen unidas y fomentando la armonía entre sus miembros,
y tal es el caso del Clan Ortiz, y es por ello que con este ejemplo
saludo a todas las familias Cancunenses que luchan a diario por
mantener su unidad.
En la vorágine del nuevo mundo, el avance de la tecnología,
las prisas, el tránsito, el estress que nos causa la crisis
económica, la influenza, las notas periodísticas,
deprimentes muchas de ellas, la política y la corrupción
entre otras muchas cosas, no solo se ha ido perdiendo a la familia
sino también a los valores.
Han ido quedando atrás en muchos hogares las largas comidas
del domingo con la familia, las tardes de sábado con los
juegos de mesa, las carnes asadas o el simple almuerzo cotidiano
de todos los días con agua de limón, horchata o hasta
con una copa de vino para cuestionar a los chicos acerca del colegio,
hablar del espacio, de la NASA o de los legados mayas; planear las
vacaciones o por lo menos el fin de semana y en general tener un
poco de convivencia familiar.
Si usted querido lector practica esas tareas, lo felicito, si lo
hacía y dejó de hacerlo, reflexione en lo que está
perdiendo, trate de reunir de nuevo a la familia, y si usted amigo,
nunca lo ha hecho no sabe de lo que se ha perdido; intente reunirse
de nuevo con su familia, regrese a las viejas prácticas,
verá que no tiene nada que perder y si mucho que ganar.
Por lo pronto saludo desde aquí a mis ocho lectores, y a
todas las familias que están bien unidas, que Dios los bendiga.
Y a los que no están en esa práctica los invito a
la reflexión, no hay nada como la familia.
Este día de la Independencia, llevensela tranquilos. No den
el ALARIDO (grito de guerra de los Moros al entrar en batalla),
tampoco el Grito, no sea que dejen a alguien sordo. Tómese
un tequilita tranquilo y salga como ALÍPEDO, cuando la cosa
se ponga fea.
No se confunda, alípedo quiere decir que tiene alas en los
pies y no lo que usted pensó primero.
Cualquier
comentario con esta columna que felicita a la familia en fiestas
patrias medio en crisis, y sin SECTUR, favor de dirigirla a: sgrubiera@acticonsultores.com
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