Con
motivo del Día Mundial del Turismo, y de las festividades
que con ese motivo se llevan a cabo en diversas ciudades del mundo,
en esta ocasión fui invitado al IV Encuentro Internacional
de Turismo que se lleva a cabo en Cuzco, Perú y desde
donde saludo a mis ocho lectores.
Placentero resulta siempre regresar al Perú, este màgico
País andino, en donde además de tener muchos amigos
que me reciben con calidez y amabilidad, pues aprovecho para darme
vuelo con las siempre apetitosas, exquisitas y hasta exóticas
viandas peruanas, hoy muy de moda en el mundo por cierto.
Para empezar a ponerle los dientes largos, querido lector, le cuento
lo que cené a mi llegada en Lima el pasado lunes, a ver como
le suena:
Clásico Tiradito de lenguado en la típica salsa cremosa
de Ají amarillo. Acidito y picante, y luego como le parece
un rissotto de hongos, alcachofa con espuma de parmesano y trufa
blanca. Se antoja no? Desde luego acompañado de vino tinto
cabernet.
A la siguiente mañana encaminé mis pasos hacia la
bella ciudad de Cuzco, ubicada en el corazón del valle sagrado
de los Incas a 3350 mts de altura, lo que la convierte en todo un
reto para lo viajeros de todas las edades y condiciones físicas.
Como ya había estado antes por estas latitudes, me lo llevo
con calma; a la llegada un par de tecitos de Coca, en el lobby del
hotel antes de llegar a la habitación, todo tranquilo nada
de cargar maletas ni salir a caminar como loco por la ciudad.
Luego de un merecido, o por lo menos necesario descanso, que tal
un almuerzo en el hotel, que por cierto le cuento se trata de un
Monasterio maravilloso del siglo XVII, decorado todo con obras de
arte de la muy renombrada escuela Cuzqueña. El restaurante,
que es un largo corredor de aquellos que rodean al hermoso patio
central de la época virreynal ofrece un menú de almuerzo
digno de las mejores cofradías.
Me animé con un ceviche de trucha y pejerrey acompañado
de yuca frita y tierno choclo (nuestro elote de maíz), eso
para empezar, y para rematar una entraña angus con chimichurri
acompañada de unas deliciosas papas de la variedad olluco
y arvejas. Sabrá usted que en el Perú hay cinco mil
variedades de papa. El vino fue un Malbec Reserva.
Y bueno como no todo es el placer de la mesa, pues en la tarde a
trabajar, y para ello sendas tazas de Té de Coca para contener
el aliento y poder largar un conferencia que se extendió
por casi cuatro horas.
Interesante resultó ver que el Cuzco y sus actores del turismo
se preparan para entrar de lleno en un proceso de mejora continua
y una apuesta por la calidad en los servicios turísticos,
y con eso en mente compartimos con ellos algunas ideas sobre estándares,
certificaciones, y formación en calidad.
Al momento de escribir estas líneas me dispongo a participar
en el segundo día de conferencias que promete ser mejor que
el primero.
El primer día escuché la disertación, entre
otras de la Gerente del Promperú, que es como nuestro CPTM
en México, y honestamente me preocupé un poco por
los Cuzqueños en materia de turismo y la promoción
de esta actividad. Luego le contaré en proxima edición
el porque de mi preocupación.
Por lo pronto, sepan que el Perú es cada vez más visitado,
que los números oficiales hablan de un poco más de
2 millones de turistas al año, y que Cuzco, puerta de entrada
a la gran Machu Piccchu, sigue siendo el principal destino turístico
de este País.
Me voy amigos, porque vienen por mí los del comité
organizador, así que hasta la próxima.
Cualquier
comentario con esta columna, que anda por los Andes, favor de dirigirlo
a: sgrubiera@acticonsultores.com
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