Durante el reciente Tianguis Turístico celebrado en Cancún, nos enteramos de las declaraciones que hiciera el Senador del Partido Verde, mejor conocido como “El Niño Verde”, quien supuestamente representa a Quintana Roo, en el sentido de que habría que cerrar a su juicio, los delfinarios para proteger a esta especie animal.
En esa oportunidad, le respondimos varios empresarios, vía los medios de comunicación al Senador del partido verde expresándole nuestra sorpresa e inquietud ante sus alegres declaraciones que parecen estar carentes de información y de sentido además de que no parece este congresista representar en absoluto los intereses de los quintanarroenses.
Lo que seguramente no sabe este alocado e impopular personaje o no le han dicho sus asesores, si es que los tiene, es que los maravillosos delfines que viven en cautiverio en los delfinarios del Caribe Mexicano, viven muy felices y que si se les dejara libres, lo más probable es que morirían, ya sea presa de otras especies, o en las redes de pescadores y que les sería muy difícil poder adaptarse a un mundo que no conocen, y más aún por el importante hecho de que más del 50% de ellos han nacido en estos delfinarios.
Además de los argumentos en defensa de los propios delfines y de la pérdida de empleos que se produciría si se cerraran, es muy importante destacar que los delfinarios existen en muy diversos destinos turísticos del Caribe y del mundo, con lo cuál simplemente le dejaríamos el campo libre a la feroz competencia que vivimos día con día. Los delfinarios de Quintana Roo, son una tremenda fuente de ventaja competitiva que tenemos que conservar siempre de manera vanguardista, respetuosa y sustentable.
Por otra parte, como líder de los agentes de viajes, me preocupa que se atente contra una de las actividades Premium de nuestro destino, que representa una importante fuente de ingresos al ser una de las más demandadas por los turistas que nos visitan, y ello sin contar que hay turistas de todas partes del mundo que hacen el viaje ex profeso para nadar con delfines o para los diversos tratamientos que a nivel de terapia se recomiendan en el mundo en donde estos hermosos mamíferos son el gran aliciente.
Parece que el partido verde con minúsculas ha decido recientemente enarbolar la bandera de la defensa de los animales y me parece muy bien, siempre que esta bandera sea honesta, verdadera, congruente y lógica. No me voy a meter en ese tema, porque sé bien que hay controversia en el mismo, pero argumentar así nomás a lo loco solo para generar simpatías y seguidores, me parece sumamente irresponsable en un País en el que necesitamos, cultura, educación e información veraz y no charlatanería con fines políticos y electorales.
Yo no sé en verdad que tan justificado sea decir no a los animales en los Circos, un entretenimiento ancestral que ha viajado por siglos en todo el mundo; honestamente, no lo sé y la verdad no me importa mucho cuál sea el resultado, creo que hay más política detrás que un genuino afán de proteger a los animales; lo que si sé, es que los Delfinarios no entran en ese esquema por las razones arriba expuestas, y desde luego por muchas más que pueden argumentar suficientemente los biólogos que conocen del tema, los entrenadores de los delfines, los empresarios del sector y desde luego los turistas que han conocido las enormes bondades de nadar con un querido Delfín.
Las propuestas del partidillo verde casi siempre han carecido de lógica, de sentido y de razón y esta es una más. Los planteamientos del niño verde siempre han sido absurdos, burdos y poco inteligentes y lo más importante es que no representan sin duda los intereses de la entidad de la que supuestamente es representante popular.
He dicho.