Mexico con desarrollo, con infraestructura, con gente educada, sin corrupcion por Sergio Gonzalez Rubiera

Llevaba varios días pensando sobre que trataría mi siguiente entrega en este espacio. Con eso de que algunos se ofenden si hablo muy fuerte y a otros les incomoda la verdad, pues ya estaba una vez más ante la disyuntiva de si hablar sobre la naturaleza de las focas o filosofar sobre el origen de las cosas...

En esos pensamientos estaba, entre otras cosas este fin de semana, cuando me sorprendió por completo y me invadió la tristeza al enterarme del fallecimiento de mi colega, amigo y maestro Sifrido Paz Paredes. La noticia me cayó de sopetón como se dice, no solo no la esperaba, sino que tenía planes de darle una llamada a Sigfrido para concertar un café que teníamos pendiente hace un tiempo, para además de componer el mundo, hablar sobre el posible y acariciado proyecto, al menos para mí, de escribir sus memorias.

Confieso que hace mucho no me sentía tan triste por la partida de alguien, la emoción me ganó, las lágrimas se hicieron evidentes y el sentimiento de saber que no pude despedirme de él y hablar de tantas cosas importantes, en las cuales su consejo hubiera sido fundamental, me dejaron en un estado extraño, por decir lo menos.

Mis encuentros con Sigfrido fueron siempre de calidad, más que de cantidad, sus palabras eran cortas pero sus pensamientos muy largos, sus frases siempre cargadas de humor y picardía le ponían ese sabor alegre a cualquier conversación con él. Va a ser muy difícil escribir sus memorias, será un proyecto largo y acusioso, que implica investigación, estudio y sobretodo análisis del tremendo pensamiento de Sigfrido Paz Paredes, pero lo vamos a lograr.

Me hubiera gustado haber tomado nota de sus frases, algunas con gran sabiduría, muchas con ironía, incontables con chispa, pero todas sin duda con gran sentido del humor.

Varias veces me dijo: “alguna vez fuiste una joya”, o algo así… en alusión a mi apellido Rubi..era;
En marzo del año pasado la Asociación Mexicana de Estudios Superiores de Turismo (AMESTUR), gracias a la postulación que hiciéra la querida rectora Leslie Hendricks, nos entregó, al gran Sigfrido y a quien esto escribe un Reconocimiento por nuestros aportes al turismo. Cuando acudimos a la entrega, nos saludamos con el afecto de siempre y Sigfrido me dijo al saludarme, palabras más o menos lo siguiente: “Cuando me dicen que me van a hacer un reconocimiento, a mi edad, supongo que será médico”…

Y luego en su discurso al recibir la distinción, habló como siempre claro y contundente acerca de la importancia de la formación y la capacitación en los destinos turísticos, refiriéndose a los inicios de Cancún y la necesidad de contar en aquella época con mano de obra calificada, y habló con vehemencia acerca de la primera escuela de artes y oficios en la que participó como fundador.

Durante el X Foro Nacional de Turismo que se llevó a cabo recientemente en la Riviera Maya, Sigfrido habló con elocuencia sobre la barreras en el tema de la aviación y la conectividad y recuerdo aún sus palabras que desde ese día me estuvieron sonando para abordar el tema con mayor profundidad o por lo menos incluirlo en este espacio; decía el Maestro mas o menos: “cuando hicimos Cancún, le dijimos al Presidente, ahora faltarán hoteles y nadie quiere invertir aquí, y nos dijo, pues formen una empresa hotelera y se creó Nacional Hotelera; le dijimos hay que crear libre tránsito para que las aerolíneas puedan volar con libertad a Cancún, y se dieron las facilidades; hay que fomentar la transportación turística, terrestre y marítima y se generaron las concesiones” y resumía Sigfrido que lo que se hizo en los setentas, fue derribar las barreras y los obstáculos para que se detonara el turismo, y se preguntaba en voz alta, por qué no se puede hacer lo mismo hoy ¿?...

Sigfrido estaba convencido de que la industria turística está hoy en día llena de obstáculos que no permiten su desarrollo y de que falta voluntad política para lograrlo plenamente. El decía, y lo tengo escrito por él, que todos los Presidentes de la República han declarado al turismo como prioridad nacional, pero ninguno lo ha consumado en los hechos, mientras que el único que no lo declaró fuera Luis Echeverría, pero en su sexenio se detonó Cancún, se creó el Fideicomiso de Bahía de Banderas en Nayarit, se consolidó a Fonatur y se le dio presencia a lo que hoy es la Secretaría de Turismo. Sin duda Sigfrido fue testigo de esas épocas y tenía mucho que contar.

Una frase más. Cuando Ana Patricia Morales trabajaba en la Asociación de Hoteles y Abelardo Vara era el Presidente en turno, Sigfrido les decía con humor: “Y tú, que morales portas ¿? Y respondía él mismo, pues aquí aguantando vara… tenía humor y frases para todos.

La última vez que lo ví fue el día en que celebramos el día del Agente de Viajes el pasado 9 de julio; le hice un reconocimiento público con gran cariño, pero mientras hablaba en el micrófono no me percaté de que se había marchado del salón. Lo esperé para repetir mis palabras, pero no regresó. Al día siguiente le escribí un correo para contárselo y me lo agradeció con cariño. Repoduzco a continuación el texto íntegro de ambos correos que afortunadamente conservo:

Mi querido Sergio gracias por tus palabras y una disculpa por salirme antes, tenía toda la intención de acompañarte en ese evento tan especial pero un dolor en mi espalda no me permitió disfrutar el momento. Celebro mucho el que estes al frente de los agentes de viajes y te deseo todo el éxito y por tu capacidad se que así será. Un abrazo. Sigfrido.

Estimado Sigfrido, ayer te hice un reconocimiento público en el micrófono al usar la palabra en nuestro evento. La gente te aplaudió mucho, pero todos volteaban la cabeza para buscarte y no te veíamos. Ya te habías salido. Hicimos alguna broma en buen sentido y esperamos que regresaras.
En fin, entiendo, que quizá te hayas tenido que ir, el tema es que quería agradecerte publicamente lo que has hecho por Cancún, ya habrá oportunidad de hacerlo otra vez.

Me duele profundamente no haberlo visto más y que se quedara ese cafecito con pan dulce pendiente. Haré todo lo posible por publicar en un futuro breve las Memorias de Sigfrido.

Mientras tanto, será inevitable pensar en su persona cada vez que pase por el Canal Sigfrido, que bueno que nos queda ese legado de belleza natural con el nombre de un gran hombre del Turismo de México.