Estoy más feliz que nunca, otra vez de luna de miel...
Se que muchos amigos míos han experimentado esta sensación, y otros tantos la están experimentando ahora; estar de nuevo solos con su pareja luego de que los hijos se han marchado de casa, en mi caso a la vida universitaria aunque también puedo contar de los que han emprendido el vuelo para formar su familia.
Me encuentro viviendo una etapa ciertamente nueva aunque no desconocida, vivir la soledad de la casa pero acompañado de la mujer con quien decidí formar una familia, tener unos hijos, verlos crecer y volver hoy como antaño a escuchar jazz con el volúmen alto, ducharme con la puerta abierta, descorchar la botella de vino para comer a la hora que me plazca y escribir por la tarde noche sin remordimientos, sin prisas, pero sobretodo con la enorme fortuna de tener una hermosa familia y una hermosa compañera.
Hace un tiempo un amigo de esos ricachones famosos que hay en Cancún me preguntó con estas palabras más o menos: “pinche Sergio, siendo tan abusado, como es que no la has hecho ?”…
Primero me sentí mal ante la pregunta, a la cual traté de responder a mi interlocutor de botepronto, aduciendo mis redoblados esfuerzos por hacer negocios, entendiendo que “no la has hecho” se refería sin duda a lo económico. Pero luego al llegar a casa y en los días posteriores, reflexioné intensamente sobre lo que para cada uno significa el éxito, y gracias a ese amigo sigo reflexionándolo aún.
Tengo al escribir esto, cincuenta años de edad, casi la mitad de los cuales he vivido acompañado de Margarita, y tenido la enorme fortuna de formar junto con ella una familia y un entorno, cuando menos para nosotros inmejorables. Es cierto que los bienes y placeres materiales que proporciona el dinero no han sido una constante, pero la paz, armonía, comprensión, compañía, solidaridad y amor que han prevalecido en este hogar sin duda han podido superar con mucho todas aquellas aspiraciones materiales que el dinero puede conseguir.
¿Cómo que no la he hecho?... Tengo a Lester y a mi nueva hija Paola. Un hijo que nació para mí a los cinco años de edad, lleno de energía, de triunfos y fracasos como todas las personas, coraje, voluntad y reciedumbre pero con un corazón más grande que un rascacielos de Nueva York, con un talento musical que me ha hecho vibrar cada vez que lo escucho, con un sentido de responsabilidad de hombre fuerte, capaz de derribar cualquier muro, incluso aquellos tan sólidos de la intolerancia como para convertirse en un robusto emperador Romano pero del amor, de la fraternidad y la solidaridad, ¿cómo que no la he hecho…?...
Tengo a Alan… mi joven arquitecto, un hombre recto, disciplinado, el orden y la discreción por sobretodas las cosas. Para mi nació a los tres añitos de edad, todo ternura, hermoso rostro, gran corazón. Me demuestra su amor a su modo siempre que puede; poca conversación, mucho compromiso, mi primer hijo universitario a mucho orgullo. ¿Cómo que no la he hecho..?...
Tengo a Sergio. Nació practicamente en mis brazos, fuente permanente de alegría y de inspiración, como lo cito en la página dedicatoria de uno de mis libros. Sergio es alegría constante, dinámica, emoción, corazón vibrante, talento natural para cualquier deporte, especialista de oficio en el chantaje amoroso, cariñoso de profesión. Seleccionado nacional por sus habilidades deportivas y hoy orgullosamente becado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). Espero que muy pronto heredero de la cartera de amigos y relaciones de su padre. ¿Todavía me preguntan que si no la he hecho, como dijera mi amigo ?
Y por si fuera poco tengo a Marcelo.
El más consistente, congruente y recto hombre que haya conocido. Marcelo es todo rectitud, en el hablar, en el estudio, en su recámara, su computadora, sus amigos y hasta en el amor. Mi Marchelo no interrumpe cuando los demás hablan, no falla en sus promesas, es comprometido en el ahorro y escatima hasta en las caricias. Mi Marcelo es la suma de todos nosotros, es limitado en los afectos pero grande en los compromisos, es corto en las palabras pero grande en los pensamientos, es moderado en su actuar pero enorme en sus ambiciones, cualquier proyecto le quedará corto. Su beca en el tec de monterrey, no es más que el fruto de sus propias y genuinas aspiraciones. ¿Qué si la he hecho queridos amigos, que si la he hecho.. ¿?
Me vive mi Madre, que me apoya, me aconseja, me acompaña y me ama, estoy seguro que a ella le debo mi tesón.
Pero si he de contar además mis tesoros, mis riquezas y mis bienes, pues indudablemente debo incluir en este recuento del activo a la pléyade de amigos que he podido hacer en casi media vida en Cancún, sin dejar de contar desde luego a aquellos que hice y fomenté en mis años mozos de la querida Ciudad de México. He sido afortunado sin duda, tengo tantos amigos que no los puedo contar.
Y hoy con mi Margarita, el más grande de mis tesoros, me dispongo pues a vivir de nuevo la soledad de la casa pero con renovados bríos, con nuevos proyectos, nuevas esperanzas, con nuevos anhelos. La lectura se instala otra vez con entusiasmo, y los libros rebasan la mesita de noche; las tertulias para comentar los textos son cada vez más frecuentes y la intelectualidad por fortuna habrá de pasar encima de la banalidad.
Estamos pues otra vez, de luna de miel…
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