Una
de las más importantes y decisivas nuevas tendencias en el
turismo mundial, indica que los turistas están decidiendo
el lugar para llevar a cabo sus vacaciones, con base en las actividades
que pueden realizar ahí. Turismo de Experiencias.
Si yo les
dijera a mis hijos pequeños que pasaremos el verano en
Francia, seguramente me harán muchas preguntas y querrán
asegurarse de que el lugar es divertido. Sin embargo, si les digo
que iremos de vacaciones a Esquiar en la Nieve, gritarán
de júbilo y ni siquiera preguntarán a donde...y
es que ésta es la actitud de los nuevos viajeros. La pregunta
básica es, que se puede ver o hacer en el destino.
Los Turistas
pagan por servicios, pero al mismo tiempo buscan experiencias
de su viaje y beneficios muy específicos. Un turista busca
maximizar su inversión en vacaciones obteniendo la mayor
cantidad de experiencias que respondan a sus muy particulares
motivaciones de tiempo libre.
Los turistas
demandan infraestructuras y equipamientos, aunque estos son simples
facilitadores que les permiten ver o hacer algo especial.
Un turista
que compró un albergue en la montaña, para observar
a los venados, esperará sin duda que el recepcionista del
hotel sepa algo acerca de venados.
Lo mismo aquel
pescador que reservó un hotel en la playa, pero lo que
más ansía es el día en que se montará
en la embarcación que habrá de llevarlo de pesca,
y espera que todos a su alrededor comprendan su motivación.
El buzo experto
por ejemplo, apreciará en gran medida, la variedad y riqueza
de flora y fauna submarina, aunque su hotel sea del tipo que no
cuenta con televisor en las habitaciones.
Debemos entender
entonces, si queremos ofrecer servicios de Calidad en el Turismo,
cuáles son las verdaderas expectativas de los viajeros,
que desde luego demandan Hoteles, transportes, restaurantes y
otros establecimientos cómodos, accesibles y bien equipados,
entre otras cosas, pero sobretodo y de manera especial de personas
que estén dispuestas a satisfacer sus necesidades, expectativas
y requerimientos especiales.
Recordemos que el Turismo tiene sus orígenes en el derecho
de los trabajadores al ocio, y con él al tiempo libre.
Del tiempo libre se desprenden tres elementos fundamentales, Diversión,
Descanso y Desarrollo Personal, que en consecuencia son tres grandes
motivaciones de los turistas y que hoy derivan en diversos y muy
variados segmentos de mercado.
Pero el Tiempo
Libre tiene un alto componente emocional, entre otras cosas, porque
es caro.
Un Turista
por ejemplo, realizó con sus vacaciones el gasto unitario
más alto de todo el año, si es que no se compró
una casa.
Una familia
de 5 personas que se gastó $ 10,000.00 dólares en
las vacaciones de verano, es muy probable que no efectúe
un desembolso unitario similar. Como es lógico esta familia
se vuelve altamente emotiva acerca de la experiencia vacacional.
Se tratará de sacarle el máximo de provecho posible
a cada experiencia y se valorará al extremo cada esfuerzo
económico.
Es por eso
que un cliente que visita Cancún, y por desgracia le toca
pasar por un par de días de lluvia, se siente frustrado
y tratará de reclamarle al primero que pueda su desventura.
Puede ser que un recepcionista del hotel pague los platos rotos,
y es ahí en donde los prestadores de servicio turístico,
tienen que hacer uso de toda su empatía para comprender
los sentimientos y estados de animo de un turista Totalmente Emotivo.
Cada paisaje,
cada atardecer, cada suceso, contribuirá a las emociones
de un turista, pero nada las gestionará mejor que un ser
humano sensible y dispuesto que comprende que es lo que compran
los turistas.
Los Turistas
compran sueños, imágenes y promesas *del Libro
Calidad en el Servicio Turìstico y Gestión de las
Emociones".
Cualquier
comentario favor de dirigirlo a: sgrubiera@acticonsultores.com